Erase una vez un perrito que paseaba por las calles de un pueblo y siempre se paraba curioso ante una casa abandonada. Un día decidido a investigar ,entró dentro y recorrió la enorme mansión de punta a punta. Cuando llegó a la buhardilla,empujó la puerta semiabierta y vió que había 1.000 perritos observándole tan fijamente como él a ellos.
El perrito comenzó a mover la cola y todos los perritos hicieron lo mism; ladró alegremente y cada uno de esos animalitos le devolvió el simpático saludo. Cuando abandonó la casa pensó :
Días despues, otro perro callejero entró en la misma casa,pero a diferencia del anterior,se sintió amenazado cuando los 1.000 perritos le lanzaron una mirada de desafió.Cuando él les gruñó, los otros le devolvieron el mismo gesto.Mientras salia a la calle, pensó:
"Qué horrible lugar,jamás volveré".
Encima de la puerta de entrada a la vieja mansión había un letrero que decía: "La casa de los 1.000 espejos.
A menudo sucede que el mundo nos devuelve lo que proyectamos al exterior.
- No somos responsables de la cara que tenemos, pero somos responsables de la cara que ponemos.-
- Si encaramos la vida con una sonrisa,los demás nos devolveran esa misma sonrisa.